En el Día Mundial para la Preservación de la Capa de Ozono, celebrado el 16 de septiembre, reflexionamos sobre el impacto de nuestras acciones en el medio ambiente y cómo están directamente relacionadas con nuestra salud. En América Latina, regiones como la Patagonia y Chile ya han enfrentado los efectos más severos del aumento de la radiación UV debido al agujero en la capa de ozono, lo que refuerza la importancia de proteger esta barrera vital para la vida en la Tierra. Además, el sector de la salud desempeña un papel fundamental en este escenario ambiental.
América Latina es responsable de aproximadamente el 10% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, aunque representa solo el 8% de la población mundial. Gran parte de estas emisiones está vinculada a la infraestructura hospitalaria, el transporte de pacientes y profesionales, así como a la producción de insumos médicos. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el sector de la salud contribuye con el 4,4% de las emisiones globales, debido al alto consumo de energía, transporte y la fabricación y eliminación de productos médicos.
Sin embargo, la digitalización de la salud, especialmente el avance de la telemedicina, surge como una alternativa sostenible para reducir este impacto ambiental. Las teleconsultas eliminan la necesidad de desplazamientos físicos para consultas médicas, reduciendo significativamente las emisiones de CO² y otros gases contaminantes. Este beneficio es aún más relevante en grandes centros urbanos de América Latina, donde el tráfico intenso y el transporte público sobrecargado aumentan los niveles de contaminación y el tiempo perdido en desplazamientos.
De acuerdo con el Informe de Huella de Carbono de Doc24, el uso de teleconsultas en América Latina ha generado una reducción significativa en la emisión de gases contaminantes. El estudio abarcó tres países de la región —Brasil, Argentina y México— y mostró cómo la telemedicina puede ser una herramienta eficaz para mitigar los efectos del cambio climático y, al mismo tiempo, mejorar el acceso a la salud.
Además de reducir las emisiones de carbono, las teleconsultas ofrecen beneficios en términos de ahorro de tiempo y costos. La investigación muestra que muchos pacientes ahorran entre horas de desplazamiento y tiempo de espera en centros de salud al optar por una teleconsulta. Esto representa una ganancia no solo ambiental, sino también económica, ya que elimina gastos de transporte, estacionamiento y, en algunos casos, alimentación.
El informe también detalla el impacto ambiental del uso de papel en las consultas presenciales. Cada paciente que utiliza teleconsulta evita, en promedio, el uso de tres hojas de papel para recetas e indicaciones médicas, lo que reduce aún más las emisiones de dióxido de carbono.
Es importante destacar que el impacto positivo de la telemedicina va más allá de la reducción de carbono. También contribuye a descongestionar los sistemas de salud, evitando aglomeraciones en los centros médicos y promoviendo una atención más ágil y eficiente. Durante la pandemia de COVID-19, esta tecnología demostró ser una herramienta esencial para garantizar el acceso a la salud, especialmente en regiones remotas donde el acceso a servicios médicos es limitado.
En América Latina, donde las emisiones de carbono relacionadas con el transporte son considerablemente altas, especialmente debido al uso predominante de automóviles y transporte público, la telemedicina surge como una solución viable para reducir el impacto ambiental. La movilidad urbana es una de las principales fuentes de contaminación en ciudades latinoamericanas como São Paulo, Ciudad de México y Buenos Aires. La sustitución de desplazamientos físicos por consultas remotas tiene el potencial de disminuir esta carga contaminante y, al mismo tiempo, mejorar la calidad de vida de los ciudadanos.
Algunos datos se destacan, en México el total de emisiones de dióxido de carbono considerando el transporte hacia el centro de salud y el uso de papel para recetas es de 144,97 toneladas, que podrían evitarse con el uso de la telemedicina. El estudio revela que cada consulta remota realizada ahorra la misma cantidad de CO² que un árbol joven podría absorber durante un año. Esto promueve un sistema de salud más eficiente y sostenible, demostrando que es posible combinar tecnología y sostenibilidad.
Este Día Mundial para la Preservación de la Capa de Ozono nos recuerda la importancia de adoptar prácticas sostenibles en todos los sectores, y la salud no es una excepción. La telemedicina no solo facilita el acceso a la atención médica de una manera más práctica y accesible, sino que también tiene un impacto positivo en el medio ambiente, contribuyendo a la reducción de las emisiones de carbono y a la preservación de los recursos naturales.
Si deseas conocer más sobre el impacto positivo de las teleconsultas en el medio ambiente y los resultados detallados por país, accede al Informe de Huella de Carbono de Doc24.Consulta la información completa sobre cómo estamos marcando la diferencia en países como Brasil, Argentina y México, y descubre cómo la salud digital puede ayudar a preservar el planeta.
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