La telemedicina y su fuerte impacto en el cuidado del medio ambiente

El contexto de crisis sanitaria atravesado desde comienzos de 2020 con la pandemia COVID-19 representó un salto de década en la adopción de las nuevas tecnologías en el sector salud. La virtualidad se afianzó en el ejercicio de la medicina y la telemedicina se convirtió en una práctica cotidiana que llegó para quedarse. Esta nueva cotidianidad también puso de manifiesto las virtudes de la telemedicina en la lucha contra el cambio climático en el mundo.

La pandemia obligó a encontrar en la telemedicina un canal seguro para la atención médica, que inmediatamente tuvo una gran aceptación por parte de los pacientes, apropiándose de este recurso sin la necesidad de trasladarse a un espacio médico. Esto se vio reflejado en la disminución del uso de transporte, insumos, impresiones de estudios y recetas que encontraron en la versión digital un excelente recurso de documentación. Las nuevas prácticas dentro del sector salud abrieron la mirada y se comenzó a prestar atención en el potencial compensador de la telemedicina en la lucha contra el cambio climático y el indicador de la huella de carbono.

Organizaciones e individuos en sus actividades y rutinas generan lo que se conoce como Huella de Carbono, rastros de gases que se acumulan en la atmósfera y sobrecalientan el planeta, contribuyendo y acelerando el cambio climático. Este indicador no ha parado de dispararse, por lo que es necesario que los diferentes sectores y personas trabajen en estrategias para mitigar y disminuir los efectos de sus actividades en el cambio climático.

La salud de las personas y del planeta está vinculada de forma directa, si se reduce la contaminación en el aire, se reduce la incidencia de enfermedades cardiovasculares, cardiopatías, asma y diferentes tipos de cáncer, entre otros. De acuerdo a la OMS, 7 millones de personas mueren cada año producto de la contaminación ambiental. Por tal motivo, generar estrategias que compensen y reduzcan la emisión de carbono debe ser una tarea de todos los sectores para neutralizar el impacto. Según una investigación de la revista Health Affairs la industria de la salud es considerada como uno de los principales sectores que emiten más carbono del mundo, siendo el responsable de la emisión del 4,5 por ciento de gases de efecto invernadero. La industria del transporte, donde participan todos los sectores económicos es otro de los grandes flagelos responsables de producir la mayor cantidad de gases emanados a la atmósfera.

Las acciones que asuman las empresas y las personas serán decisivas en los próximos años en la batalla contra el cambio climático, y el éxito dependerá del compromiso y capacidad para disminuir la huella de carbono. Hoy más que nunca, las organizaciones deberán profundizar en la adopción y perfeccionamiento de las nuevas tecnologías al servicio de la salud. Está comprobado que por cada videoconsulta no solo se ahorra tiempo, energía, insumos como papel y combustible, sino también evitamos la emisión de CO2 a la atmósfera, lo que contribuye fuertemente al cuidado de nuestro planeta.

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